jueves, 15 de diciembre de 2011

Sex (el niño de las pinturas)

“Y ya que juegas, elige bien tu carta.
Y ya que eliges... piensa bien la elección,
pues has de saber que ya no se
cambia y es una vida lo que dura, y
lo que te juegas, tu corazón”.


En la cuidad de Granada existe un gran artista, de los mejores que he visto. Empieza a pintar sobre el año 1991 desde entonces su total necesidad de pintura en las manos lo ha llevado a cometer grandes atrocidades, comenta en su página web. Decora fachadas, su nombre dicho en bajito es Raúl Ruiz, pero le conocen por el niño de las pinturas, también bajo el sobrenombre de SEX. Un artista que empezando en la calle, ha logrado el reconocimiento en galerías y museos.

Sus Pinturas poseen un poder magnético y mágico, no pasan desapercibidas.
Siluetas hiperrealistas, pero algo oníricas… en una atmósfera de pasión y tristeza. Sus personajes parecen estar encerrados y nos animan a participar de ese estado de ánimo.
Otras veces nos miran, observan la calle …
Suelen ir acompañadas de frases más o menos ocultas, una forma de preguntar a la vida.
Su obra supera los 2.000 murales repartidos por países como Venezuela o Hungría.





Tiene el reconocimiento de los
que entienden de arte callejero,
dentro y fuera del Estado, y no para
de viajar para seguir con este “juego”,
para aprender y enseñar...

El papa Inocencio X


Papa Inocencio X (Diego Velázquez)


El papa Inocencio X era un magnánimo príncipe de la iglesia y un amante exigente de las artes, pero con poca influencia en la curia vaticana. Pese a todo, se le tenía por buen Papa; especialmente en España. Había tomado partido por los españoles en varias disputas reales y Diego de Velázquez (1599-1660), el pintor del rey Felipe IV, pinto su retrato en 1650, cerca de trescientos años más tarde, ese retrato se convirtió en la obsesión de un artista muy moderno, Francis Bacon. Su fascinación por el cuadro no empezó hasta 1949: "Creo que es uno de los mejores retratos que se han hecho nunca y estoy obsesionado con él. Compró un libro tras otro donde aparece la ilustración del Papa (Inocencio X), de Velázquez, porque me persigue y despierta en mi todo tipo de sensaciones..."

Bacon ejecutó más de veinticinco variaciones de la obra de Velázquez, entre ellas cabeza VI. Dijo que había tratado de trabajar la pintura para que se pareciera a "la piel de un hipopótamo", aunque en otros aspectos pintó el cuadro para que fuera "como Velázquez". Sin embargo, Bacon no había visto nunca el retrato original, que está en la Galería Doria Pamphili, de Roma. Bacon afirmaba que durante dos años o tres estaba tan extasiado por el retrato que intentó pintar una obra igual. Pensaba que, en parte, lo que imaginaba era el magnifico manejo del color. O quizá , el alto cargo de Inocencio X, que, contemplaba el mundo desde el trono de un soberano.

El Papa tenía el aspecto de un héroe trágico. Esto es lo que Bacon quería dibujar, pero a diferencia de Velázquez, desgarraba la fachada oficial para desvelar al hombre interior.

El Papa Inocencio X de Bacon no nos mira ex cathedra. Es una persona privada, un ser solitario cuyos sufrimientos, consecuencia de su soledad, le son arrancados de un grito...




Inocencio X, Estudio sobre el retrato de Velázquez (Francis Bacon)